Me quitaron todo el
sol
De los distintos vecinos me separan
las cuatro paredes de
mi patio-terraza.
Me siento en la
reposera,
en la zona de sombra
pero con los pies al sol.
De la izquierda sube olor a churrasco.
Por atrás viene un olor muy agradable a jazmín
que cambia siempre
mis perspectivas
sobre el día,
¿sabrán los que lo cuidan las ramificaciones de sus actos?
Las cosas, tan de
cerca,
por ahí no se notan.
De la derecha viene un perrito atado que siempre llora,
las paredes son muy altas, si me asomo,
parece mentira que haya vida tan abajo.
Allá arriba está la
grúa del edificio millonario
que están levantando hace dos años.
¿Cómo verán los
albañiles eso que yo adivino
desde acá?
Alguien partido por
una diagonal de sombra,
unas piernas al sol,
dirán: parece mentira
que haya vida
en todos los rincones
de una ciudad.
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